viernes, 22 de enero de 2010

Disfrazarse

El último día de clase debíamos asistir a clase disfrazados, pero no de cualquier forma, sino estableciendo una relación entre nuestra apariencia y nuestro disfraz. Yo, por falta de tiempo y de ánimo, no me pude disfrazar. La verdad es que no hace mucho tiempo yo hubiese sido la primera en ponerse un disfraz y saltar al escenario o a donde hiciese falta. Pero las circunstancias actuales ya no son ni parecidas, y aunque ahora no es el momento, sé que la niña que siempre he llevado dentro (y que sigue ahí, no se ha ido a ninguna parte) volverá a dar guerra de la buena. He de decir además que cuando vi a mis compañeros y compañeras desfilar tan monos con sus disfraces me encantó. La gente estaba muy motivada, y eso en las fechas en las que estamos es algo realmente increíble. Además, aquello supuso que por un par de horas nos relajasemos y dejasemos de pensar en los exámenes que se acercan: nunca está mal desconectar un poquillo. En fin, me pareció una forma muy orginal y divertida de acabar el semestre. ¡Enhorabuena a todos los "desfilantes"!

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