¡¡Llegó la Navidad!! Unas fechas amadas por unos, y odiadas por otros. Pero lo que está claro es que este año son un poco diferentes. Y aquí es dónde menciono esa palabra tan temida: CRISIS. Sí, sí, la crisis cambia estas fechas, nos guste o no. Pero a mi no me importa en absoluto. Nos pasamos estas semanas rodeados de comida, reglaos y cosas varias en abundancia. ¿De verdad es necesario tanto? Yo creo que estas fechas es para estar con la gente que nos importa (y yo ya sólo por eso me siento una privilegiada). Y este aspecto de la Navidad no me supone mayor gasto económico. Hombre, a mi también me gusta hacer regalos a los míos, ¿pero por qué han de ser regalos caros? No, yo prefiero regalos en plan detalles, para que vean que me acuerdo de todos, y especialmente para, en estas fechas algo más dificiles, poner una pequeña ilusión en su vida (ah, que sensación tan agradable la de abrir un paquetito y no saber qué contiene...)
Así que esta es mi particular foto de la crisis: los detallitos para los míos, envueltos en papeles llenos de coloridos y cada uno con su flor (¡qué bien me lo paso!). Y yo sé que, aunque sean pequeñas cosas, les va a sacar una sonrisa bien grande. Y es que, sinceramente, a mi hay una crisis que me preocupa más que la económica: la crisis afectiva o emocional, sentirse solo en unas fechas tan señaladas. Y en esto una sonrisa puede ayudar mucho.
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