En el primer encuentro entre profesores y alumnos de esta asignatura, realizamos una técnica original y curiosa a la par que útil. Debíamos hacer tres dibujos de nosotros mismos: uno con la mano derecha, otro con la mano izquierda, y otro con cualquiera de las dos manos pero con los ojos cerrados.
Yo soy diestra, asi que el dibujo que he realizado con la mano derecha me ha quedado mucho más firme, más detallado, con mejores proporciones y los trazos mejor definidos. El que he hecho con la mano izquierda posee trazos más inseguros, más curvos, pero igualmente firmes. Creo que tengo un buen manejo de la mano izquierda, probablemente porque (debido a mis varias lesiones en la diestra) he entrenado mucho la zurda. Eso no ha llamado mi atención, lo que sí que me ha sorprendido es que el dibujo que he hecho con la mano izquierda tiene más sentimiento, más expresión si cabe. Por último, no tengo palabras para el dibujo con los ojos cerrados. ¡El resultado me parece tremendamente divertido, alocado!
La realización de esta técnica me ha gustado mucho. Además pienso que es muy útil. Siempre hay muchas personas que te dicen que no saben dibujar, y su miedo y su vergüenza les bloquea. "¿Ah no? ¿Cómo es que no sabes dibujar? ¿No sabes coger un lápiz y hacer trazos sobre lo que pasa por tu mente? ¿De qué tienes miedo? ¿Por qué sientes vergüenza?". Esta técnica demuestra que todo, absolutamente todo el mundo, sabe dibujar mejor o peor, pero dibujar al fin y al cabo. No somos artistas, pero sí genios, y no buscamos un resultado estético impecable. En mi opinión, buscamos desarrollar nuestras pequeñas habilidades artísticas (por escasas que nos puedan parecer), plasmar nuestras emociones y sentimientos, y sobre todo fortalecer nuestra imaginación.
Y es que, como dijo Gautier, "genio es quel que sabe plasmar en hechos sus pensamientos".
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