sábado, 31 de octubre de 2009

OIGO UN BARULLO DE FONDO...


Todos hemos sentido alguna vez esa molesta sensación de tener un barullo de fondo, un montón de susurros y murmuros que no nos dejan concentrarnos. Y quien no lo haya sentido nunca... ¡qué privilegiado que es! La gran pregunta se plantea: "¿qué hacer ante ese sonido perturbador?"

Pues bien, a mi se me ocurre que podemos hacer el mimo. Quedarte ahí, callado, con el cuerpo adoptando una postura cerrada, mirando a todos con cara de asombro a la vez que con cara de pena. Y según vaya creciendo el silencio... que nuestra postura corporal sea abierta, y que se nos dibuje en la cara una sonrisa. La pena de no ser escuchados y haber perdido la voz... La alegría de haber captado la atención de nuestro público parlanchín y haber recuperado el sonido de nuestras cuerdas vocales. Nuestros sentimientos ante el barullo deben quedar representados mediante la mímica.

Sí, sí, en mi opinión... ¡nada mejor que el silencio para luchar contra el ruido!

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