
Es considerado un afrodisíaco que aumenta la líbido y el deseo en las mujeres. Además, aleja la depresión, y calma la tristeza y la ansiedad (¿cuántos de nosotros no ha hechado mano de una buena tableta de chocolate en un momento de "bajón"?). Ayuda al corazón (por raro que parezca) previniendo infartos y derrames. En definitiva, es tan positivo que incluso se utiliza en tratamientos como la chocolaterapia, mediante la cual se estimula los sentidos, además de hidratar , nutrir y dar elasticidad a la piel, aumentar la circulación sanguinea y linfática, relajar y producir un bienestar general.
Es obvio que, como todo en esta vida, su mal uso puede tener efectos negativos. Como reza el dicho: "todo en su justa medida es bueno". ¡Así que a consumirlo con moderación! (Y ahora me voy a rebuscar en la nevera, que con tanto hablar de chocolate... mmm...)
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